En este mes de octubre estamos de enhorabuena: Interseas cumple siete años desde su fundación.

Tras siete años de actividad abasteciendo a todo tipo de buques y entidades marítimas, hemos querido dar un paso hacia adelante en nuestra empresa.

Vivimos en una época donde los procesos se automatizan cada vez más rápido y la inmediatez se convierte en un valor fundamental para ofrecer un servicio óptimo, eficiente y satisfactorio respecto a las necesidades de los clientes. 

La presencia digital es indiscutible

Es por ello que decidimos replantear la visión de nuestra compañía y replantear la forma en la que nuestra marca se comunica con nuestros públicos.

Empezamos por una profunda revisión de nuestra identidad visual, adaptándola a toda una serie de cambios que se harán en la empresa para mejorar su nivel de digitalización. Renunciamos a una identidad de marca compleja, que no conectase con sus públicos principales.

En su lugar, planteamos una imagen de marca fresca, dinámica, simplificada. Una identidad que expresa mucho más acerca de nosotros: tratamos de satisfacer las necesidades de nuestros clientes optimizando los procesos y reduciendo los tiempos de espera en la entrega.

Una marca del siglo XXI

Pero el cambio de paradigma no sólo llegó con el cambio de identidad visual. Trabajamos en una nueva web, implementamos un nuevo sistema de contabilidad y gestión a la altura de nuestra evolución, creamos un departamento de comunicación y marketing para conocer mejor a nuestros públicos y planificamos una estrategia de contenidos para dinamizar la forma en la que interactúa Interseas con las personas.

La evolución supone cambios. Iniciamos una nueva etapa repleta de cambios a partir de este momento. Una etapa en la que apostamos más aún por la cercanía y el trato personal.

Todo esto sin permitir que la digitalización y automatización provoque que nuestro trato sea impersonal y alejado de nuestros públicos. Nuestro objetivo seguirá siendo el mismo que hace siete años: permanecer al lado de nuestros clientes y seguir creciendo de la mano.