El Convenio de Hong Kong para el reciclaje seguro y ambientalmente racional de los buques hace que la industria marítima mundial entre en una nueva era de responsabilidad ambiental.

Aprobado por la Organización Marítima Internacional (OMI) en 2009 y programado para entrar en vigor en junio de 2025, este tratado establece un marco legal global para garantizar que los buques que llegan al final de su vida operativa sean reciclados sin poner en riesgo la salud humana ni el medio ambiente.

¿Qué es el Convenio de Hong Kong?

El Convenio de Hong Kong es un tratado internacional diseñado para mejorar las condiciones del reciclaje de buques, una actividad que ha estado marcada durante años por malas prácticas, exposición a materiales peligrosos y contaminación ambiental.

El convenio establece requisitos legales para:

• El diseño, construcción, operación y preparación de los buques.
• La gestión y tratamiento de materiales peligrosos a bordo.
• Las condiciones de trabajo y seguridad en los astilleros de reciclaje.

Una vez entre en vigor, todos los buques de más de 500 GT que naveguen bajo pabellón de un Estado firmante, o que entren a puertos de esos Estados, deberán contar con un Inventario de Materiales Peligrosos (IHM) actualizado y aprobado.

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Impacto en el reciclaje de buques: una industria en transformación

Hasta ahora, gran parte del reciclaje de buques se ha concentrado en playas del sur de Asia (Bangladesh, India y Pakistán), donde las condiciones laborales y medioambientales han sido objeto de fuerte crítica internacional.

Con la entrada en vigor del convenio:

• Se prohíbe el reciclaje informal y no regulado.
• Solo los astilleros certificados y con licencias podrán recibir buques para desguace.
• Se impulsa la transparencia documental y trazabilidad de los materiales peligrosos.
• Se mejora la formación y protección de los trabajadores del sector.

Esto representa un cambio de paradigma hacia un modelo circular y sostenible, que reduce la huella ambiental del final de vida de los buques y mejora la imagen del sector.

Casos prácticos: ¿cómo cambia la operativa para armadores y astilleros?

Caso 1: Armador europeo con buque de 25 años

Una naviera con sede en Europa decide retirar un buque portacontenedores de 25 años. Antes de enviarlo al reciclaje, debe:

• Solicitar una evaluación del Inventario de Materiales Peligrosos.
• Escoger un astillero homologado en un país que haya ratificado el convenio.
• Entregar el plan de reciclaje al Estado de abanderamiento para su aprobación.

Esto implica un mayor coste inicial, pero garantiza seguridad jurídica y cumplimiento ambiental.

Caso 2: Astillero en Turquía

Un astillero turco, que ya cumple con la normativa de la UE y está registrado en la lista de instalaciones aprobadas por la OMI, se convierte en receptor preferente para armadores internacionales que busquen cumplimiento.

• Gracias a su certificación, accede a nuevas oportunidades de negocio.
• Debe mantener un control exhaustivo de residuos peligrosos y condiciones laborales.

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Relación con otras normativas

El Convenio de Hong Kong complementa otras regulaciones como:

• El Reglamento de la UE sobre reciclaje de buques (EU Ship Recycling Regulation), en vigor desde 2019.
• Las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre seguridad laboral.

Además, se alinea con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la transición hacia una economía azul sostenible.

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Desafíos y oportunidades para el sector

Desafíos:

• Mayor carga administrativa y documental para los armadores.
• Adaptación de los astilleros a nuevos estándares técnicos.
• Necesidad de formación técnica y ambiental del personal.

Oportunidades:

• Mejora de la reputación corporativa y cumplimiento ESG.
• Acceso a subvenciones o incentivos europeos para astilleros verdes.
• Generación de empleo de calidad en zonas portuarias.

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Conclusión

La entrada en vigor del Convenio de Hong Kong marca un antes y un después en la forma en que la industria marítima gestiona el final de vida de sus activos. Este nuevo marco legal obliga a actuar con responsabilidad, pero también abre una ventana de oportunidades para quienes apuesten por la sostenibilidad y la modernización.

En un sector cada vez más regulado y exigente, adaptarse a esta nueva normativa no es una opción, sino una estrategia de futuro.

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